Ya con 39 semanas de embarazo, asistimos a nuestra consulta con el médico el sábado 16 de abril, y después de la revisión nos dijo que el cuello del útero seguía cerrado y sin ningún adelgazamiento, que la bebé estaba grande y mi cadera muy estrecha, que la bebé tenía apenas la cantidad de líquido amniótico suficiente y que en conclusión... si no daba "señales de parto" para el día jueves que me volvería a revisar, me programaría cesárea para el sábado 23.
Confesaré que salimos de consulta muy decepcionados pero con la idea de hacer lo posible por tener un parto natural. Así que nos fuimos a casa y nos pusimos a investigar todos los consejos y remedios "caseros" para propiciar el parto, además de poner en práctica las técnicas aprendidas en el curso en Experiencia. Así que toda la tarde del sábado se pasó en hacer estiramientos, rebotar en la pelota de pilates, comer comida picante, subir escaleras, salir a caminar, comer piña, papaya y mango, hacer sentadillas, etc... y lo más efectivo de todo: tomar té de hojas de frambuesa! Pues así el sábado y esa noche comencé con contracciones!!!
Para el domingo 17 le hablamos al médico y nos dijo que estuviéramos pendientes de las contracciones, de su duración, intensidad y frecuencia y que le reportáramos... Seguimos con los "remedios", y por ahí de las 10 am expulsé el tapón del cervix. Todavía nos fuimos al súper a comprar "pendientes" para llevar al hospital y el día transcurrió entre la evolución de las contracciones y los preparativos (maleta, pañalera, lunch...). Llegada la noche nos metimos a bañar y después de cenar, en una de las contracciones (que ya eran cada 7mins aprox.) rompí la fuente; así que en ese momento le avisamos a la doctora y nos fuimos al hospital. Llegamos 11:30 pm y nuestra pequeña nació a las 3:56 am del lunes.
Fue parto natural, la Dra. lo describe como "un parto de libro", la dilatación evolucionó 2-4-6-8-10... Las contracciones se intensificaban pero entre los movimientos con la pelota, la respiración, las vocalizaciones graves, el masaje que me daba mi esposo... Todo sucedió de forma natural, sin necesidad de bloqueo epidural, en un ambiente de tranquilidad, armonía, expectativa y mucho amor.
Al nacer, inmediatamente la pusieron en mi pecho, el momento más maravilloso que uno puede vivir! Papá cortó el cordón umbilical pasados unos minutos ya que había dejado de latir; la acariciamos, la secamos, nos vimos, nos reconocimos... La pediatra se llevó unos instantes a la bebé y después de que la revisaron volvió a mí e inmediatamente se enganchó al pecho y comenzó a comer.... Un momento mágico....
Después de todo, nuestra experiencia ha sido nunca rendirse, intentarlo, luchar... Siempre platicamos que si había alguna condición médicamente justificada, la salud de nuestra pequeña era lo primero y si era necesaria una cesárea lo aceptaríamos. Pero siempre pensamos primero, en darnos y darle la oportunidad de al menos intentar un parto natural!
Gracias a todo el equipo de Experiencia por compartir con nosotros la espera, por guiarnos para vivir al máximo este momento y por darnos el animo para creer que siempre es posible.
Saludos de Eliette Andrea; Jail y Eric!