Nos decidimos hacer el curso profiláctico por recomendación de algunos amigos. Hace año y medio habíamos pasado por una cesárea para dar a luz a nuestro primer hijo el cual ya sabíamos que tenía una enfermedad cardíaca por la cual no iba a poder vivir. Fue un momento muy difícil, en que dimos a luz un nuestro bebé sin saber si íbamos a llegar a conocerlo vivo o no. 
Por lo que queríamos que el nacimiento de nuestro segundo hijo fuera algo especial y queríamos prepararnos para ello.
Apenas conocimos a Ana fue “amor a primera vista”. Nos sentimos súper contenidos por ella y pudimos compartirle toda la carga sentimental que el nacimiento de nuestro segundo hijo traía aparejado. Después del curso decidimos que lo mejor era que una Doula nos acompañara durante el parto, y le pedimos a Ana si ella podía ser quien estuviera con nosotros. 
El domingo 15 de mayo nació Benjamín, a las 5:30 de la tarde. El sábado por la noche empecé con contracciones y empezamos a poner en práctica los recursos que Ana nos había enseñado en el curso para ese momento. A las 6.30 de la mañana, ya con contracciones más fuertes decidimos salir para el hospital, llamamos a nuestro médico, a Ana y partimos para allá. Al llegar al hospital nos dijeron que solo tenía 3 cm. de dilatación, por lo que nos recomendaron que volviéramos a nuestra casa para que no se nos hiciera tan largo el tiempo allí. Media vuelta y volvimos todos a nuestras casas.
Estuvimos en casa 6 horas en trabajo de parto hasta que ya fue hora de ir nuevamente al hospital. Llegamos, y vuelta la mala noticia, seguía con 3 cm. Habían pasado 13 horas, una noche entera sin dormir y yo seguía de 3….. Fue muy desmotivante y a la vez, ya estábamos tan cansados que sentíamos que no íbamos a poder llegar al final del camino, no nos quedaban fuerzas. Decidimos ponerme oxitocina, para que las contracciones empezaran a ser reguladas y “acelerar” un poco el proceso. Pero fue gracias a la ayuda de Ana que el resto de las horas fluyeron tan fácil que ni nos dimos cuenta del tiempo ni del cansancio. Fuimos pasando contracción por contracción, trabajando como un equipo, mi marido, Ana y yo. Dos horas después ya estaba de 6, tres horas más de 10. Ana nos fue guiando, y desde afuera del baño estando atenta a qué necesitaba para cada momento, hizo que todo fuera más fácil. Con su maleta como de Merry Poppins, iba sacando cosas y proponiendo alternativas sabiendo exactamente qué necesitaba para cada momento, pero siempre respetando nuestra intimidad y preferencias. Al ir haciendo diferentes posiciones y ofreciendo distintos recursos el tiempo pasó rapidísimo y sin darme cuenta ya estaba lista para empujar y conocer finalmente a mi bebé.
Yo no soy de las que estaba cerrada a parto sin anestesia, ni le tenía fobia a la cesárea. Quería de ser posible un parto natural y lo más humanizado posible, pero lo más importante era que mi bebé naciera sano. Por lo que había llegado al parto abierta a que se diera de la manera que fuera. Pero la verdad que todo fue tan natural y fluido que nunca  me planteé la necesidad de pedir el bloqueo hasta que llegó el momento de la expulsión que ya no tenía sentido.
Una de las cosas más lindas de mi parto creo que fue la participación activa que pudo tener mi marido. Que él no se sintiera solamente una estaca al lado mío dándome la mano, sino que realmente participara activamente del nacimiento de nuestro bebé, y pudiéramos unirnos y compartir ese momento. Es algo que siempre vamos a atesorar los dos y creo que es algo que nos va a unir para siempre, como hoy la vida de nuestro bebe.
Quiero agradecerle a Ana por haber hecho que nuestro parto fuera tan lindo, por acompañarnos en tan importante momento y por su gran calidad humana. Su trabajo no terminó en el parto, sino que siguió acompañándonos los días que siguieron, para iniciar la lactancia y estando atenta a cómo iba nuestra adaptación a nuestra nueva vida como padres.
Después de lo vivido, creo que el acompañamiento de una Doula no debería ser algo opcional, sino realmente una parte más del equipo médico que te acompaña durante el parto.