Muñecas Experiencia copia.jpeg

Recomendación emitida por las autoridades sanitarias en varios momentos durante los meses desde que inició la pandemia. Escuchamos, vimos y leímos “Quédate en casa” y nos gustaría ayudarte a aplicar -esperamos que con la misma eficacia- el día que el bebé decida nacer.

El parto inicia la gran mayoría de las veces, con contracciones irregulares que se perciben con una frecuencia de entre cada 5 a 10 o 15 minutos. Unas cortitas (30 segundos) y otras largas (poco más de un minuto) y con periodos de tiempo en que pueden llegar a desaparecer para volver a sentirse. Ocasionalmente, lo primero que puede ocurrir es salida de líquido por la vagina (ruptura de la fuente) y que hay que notificar al médico que te acompaña en el proceso y quien te preguntará acerca de la cantidad y aspecto y de ahí sugerir qué procede.

En general, estas primeras horas son de la “fase latente o inicial del parto” . Vas a notar secreción de moco con algo de sangre (aspecto rojizo) que notas en la pantaleta o al limpiarte cuando vas al baño. 

Cuando los movimientos del bebé persisten y sobretodo al terminar la contracción -un poco como “repelando” del apretón que le da el útero al empujarlo por las nalgas-indican su estado de salud y vitalidad y permanecen a lo largo de las horas que implica el parto.

“Quédate en casa” hasta que las contracciones sean cada 3 minutos, que duren 40 a 45 segundos y se perciban con dolor en la espalda baja, ya que en el inicio suelen sentirse principalmente en la panza

En tanto que las contracciones sean aún irregulares (unas cortas y otras muy largas, unas intensas y otras no tanto, e inclusive períodos de contracciones seguidas y otros períodos en que se esparcían), sigue la regla: “Quédate en casa…” realizando movimientos y buscando posiciones en las que sientas alivio al dolor que les acompaña. El dolor en el parto tiene un sentido muy particular y es el de saber que el parto está progresando. No le temas…! Es normal y es un dolor fisiológico que te va guiando a lo largo del camino hasta tener a tu bebé en brazos.

Mantén comunicación con tu Ginecobstetra expresando claramente que deseas permanecer en casa el mayor tiempo posible si bien atendiendo sus sugerencias.

Si has tenido un embarazo saludable y el trabajo de parto inicia por si solo, tú y tu bebé van por el camino normal y saludable.

Después de varias horas en las que las contracciones se vuelven cada vez más regulares e intensas (contracciones cada 3 minutos, con dolor en la espalda baja y duración de 40 o 45 segundos), comenzará la “fase activa” del parto que también en general, tomará varias horas y se acompaña de conductas instintivas que te harán buscar posturas, movimientos y cambios en la forma de respirar y/o vocalizar. Con cada contracción, intenta centrar tu atención en la respiración y sensación del aire que entra y sale de forma pausada y rítmica. Centrarse en el ritmo y ruido de tus respiraciones es una muy buena forma de acompañar la incomodidad o el dolor de cada contracción.

Las contracciones que por el dolor que sientes, te guían a colocarte en posiciones como la de inclinarte hacia adelante o balancearte de un lado al otro y que modifican tu respiración (gimes o emites sonidos o soplas el aire que exhalas…) por su intensidad, son las buenas…! Después de un par de horas en este ritmo de contracciones cada 3 minutos, que duran casi un minuto y se sienten mucho más intensas que en las horas previas, es momento de dirigirte al hospital (si es el sitio elegido para parir) o invitar al equipo que te asistirá a dirigirse a tu casa si has planeado un parto en casa.

Cierra los ojos por un momento… siente tu cuerpo… inhala profundamente y al exhalar el aire, confirma en tu mente y tu corazón que “Tú sabes cómo hacerlo”. Es común dudar de la capacidad para dar a luz cuando es por vez primera, pero confía que al paso del tiempo y de las primeras contracciones que sientas, a pesar de ser sensaciones nuevas y desconcertantes, sabrás que estás de parto. Déjate llevar… no te asustes…y fluye… Descubre con gozo y orgullo, que has heredado esta capacidad de parir por el hecho de ser mujer.

Besos, abrazos, cariños de quien te acompaña y está a tu lado, es lo que permite a la oxitocina (hormona reina del parto) producirse para avanzar en la dilatación del cuello de tu matriz y que no puedes medir como lo hará el médico o partera mas adelante (ya que el cerviz o cuello del útero se encuentra al final de tu vagina), pero que puedes estar segura de que se va abriendo por el aumento en la intensidad, duración y frecuencia de las contracciones así como la incomodidad y dolor que las acompaña.

Ten fe en que tu cuerpo sabrá cómo realizar este impresionante y magnífico trabajo. Tú sabes aunque no te lo creas…!

En la fase inicial, uno o varios laaaargos baños en regadera gozando del agua calientita cayendo en tu espalda, producen gran alivio además de favorecer un estado de relajación que a su vez permite que la oxitocina haga su trabajo.

Come lo que se te antoje para mantenerte con energía… bebe lo que necesites para que estés bien hidratada y realiza toda suerte de actividades que te “distraigan” como cocinar, pintar, bailar, cantar…!

Suelta toda tensión física y emocional vocalizando, gimiendo y adoptando tantas posturas o realizando tantos movimientos como tu cuerpo te vaya pidiendo… Escucha lo que te exige tu cuerpo y entrégate sin dudar. El miedo detiene o hace más difícil el trabajo pero la confianza lo afianza para progresar.

Cuando llegue el día en que tu bebé decida nacer, sabrás que estás de parto… no lo dudes…así se manifiesta…! Confía porque la naturaleza te ha regalado esta capacidad para gestar, parir y criar. 

Siiii…! es un trabajo intenso pero tan gratificante y transformador que te colocará en una dimensión distinta de tu existencia y que es la de la maternidad. 

Llámanos… para conversar si a lo largo de estas horas tienes dudas o notas algo que te inquieta, porque escuchar tu voz durante y entre contracciones, nos permite descifrar cómo ayudarte y seguir adelante.

Guadalupe Trueba