A un año... y parece que fue ayer...
Hace un año, en estos días, estábamos esperando tu llegada, pequeña María, preparando cada detalle...
En alguna ocasión, mucho antes siquiera de pensar embarazarme, me encontré un vídeo con una escena hermosa de una bebe recién nacida, escalando en busca del pecho de su madre; coincidió con una historia que una buena amiga me contó, de una pareja que tuvo a su bebe en su casa porque no les dio tiempo ni de salir de ella al hospital, se me quedó muy grabado que el médico que los atendía los guió con mucha calma por teléfono y les dijo que no había ninguna prisa para cortar el cordón, que simplemente pusieran al bebé sobre el vientre de mamá mientras él llegaba; ellos se sorprendieron al ver como solito comenzó a escalar al pecho para alimentarse instintivamente. En ese entonces yo ni idea tenía del parto humanizado, mucho menos de quién era una Doula, pero fue algo que me marcó y me hizo cuestionarme muchas cosas y buscar y buscar! Y seguir buscando! Algo si tenía claro! El día que tuviera un bebé iba a hacer todo lo posible para que fuera así, natural y respetado!
En esa búsqueda pasamos por 5 doctores, Hypnobirthing y un día navegando encontré en YouTube unos vídeos de Experiencia, me los devore todos! Y quedé fascinada con el enfoque y la experiencia de Guadalupe y Mercedes, su claridad y amor por lo que hacen, aún sin conocerlas en ese momento cerraba completamente esa búsqueda que llevaba haciendo por tanto tiempo! Y algo en mi interior me dijo que era ahí, donde debía acudir para la compañía que añorábamos! Me sentí feliz de ver que si había gente dedicada y comprometida en cambiar la forma de nacer en México.
Nos acercamos y conocimos a Guadalupe quien aceptó, acompañarnos en este camino. Y se alegró al enterarse del equipo profesional eleegido. Tanto como el Dr. Larios como Katia la pediatra estarían presentes en las fechas a pesar de que nuestra semana 40 era el 19 de diciembre, fechas difíciles por las vacaciones y las fiestas.
Fue reconfortante saber que nos acompañaría una mujer con tanta experiencia! Quien además se comprometía a estar presente no importaba la fecha, cosa que honestamente me dio mucha tranquilidad, aunque durante todo el embarazo le hablaba a mi bebé para que eligiera nacer en su fecha o antes! me ponía de nervios que naciera en Navidad.
Y así sin más, llegamos al 19 y todo seguía normal, María no daba señales de querer salir. Guadalupe estuvo súper al pendiente de cómo íbamos avanzando, hasta que el 23 de Diciembre a las 8:00 am, después de recibir la llamada de Guadalupe para ver cómo íbamos, rompí fuente en casa, las contracciones eran regulares y todo indicaba que el momento anhelado estaba próximo. Llame a José Luis quien me citó a las 11 am para revisar cómo íbamos, en ese momento ya tenía 7 cm de dilatación así que nos quedamos en el hospital. Lupe ya estaba ahí!, había llegado a la zona con tiempo y estaba en un café a un lado del hospital, al igual que Katia la pediatra.
Lupe me acompañó cada segundo en el ingreso al hospital, entramos directo a la sala de parto en agua e inmediatamente dio instrucciones de que prepararán la tina. Yo fluía con cada ola y me sentía relajada y muy apoyada por mi esposo, ingresé en la tina y el agua alivió considerablemente el dolor. Pensé que sería un proceso rápido! Sin embargo las horas fueron pasando, una, dos, tres, cuatro... y nada ocurría. Seguían las contracciones, pero perdieron su ritmo inicial, eran más espaciadas, algo estaba sucediendo. A las 11:30 de la noche ya estaba muy cansada y pedí entrar en la tina de nuevo para relajarme un poco, José Luis me ofreció tomar una pastilla para ayudar a regularizar las contracciones y que acepte de inmediato!
Poco a poco empezaron las contracciones más fuertes aunque seguían espaciadas y cortas, pasada la media noche sentí lo que en mi clase de yoga me dijeron era el "aro de fuego" wow…! Dije ahora si ya viene…! Y sentí más energía para seguir. María nació a las 00:34 hrs. del 24 de diciembre…!
Todo fue como soñamos, la pegamos a mi pecho inmediatamente y ahí permaneció durante un rato, sin prisas, en un abrazo compartido papá, mamá y bebé. No hubo prisa para cortar el cordón y Katia fue extraordinaria en su trato. Salí de la tina y al recostarme en la cama la colocaron en mi vientre y la ayudamos a alcanzar mi pecho para contemplar el Segundo milagro de esa pequeña guerrera, que durante más de 20 horas estuvo esforzándose para nacer! Aún no logro entender muy bien, tal vez mi miedo al dolor y a soltar el control hizo de las suyas, pero me gusta pensar que fue María la que eligió ese momento para nacer y darnos una gran lección de paciencia y de decir “no mamá, esto no es como tú quieras, es cuando yo esté lista” Y así en ese momento todo se inundó de una gran alegría, siendo testigos de un milagro y del mejor regalo que pudimos recibir. Sé que nadie olvidará la música que nos acompañó por más de 12 horas, que se repetía y repetía sin parar. Y que aún después de meses de nacida, era la única cosa con que María dejaba de llorar casi mágicamente, como si la regresará a ese momento maravilloso.
Un millón de gracias a ese extraordinario equipo que nos acompañó aún siento como si fuese ayer. Hoy María cumple un año y así también nosotros un año de papás.
Y aunque mucha gente cree que nuestra hija es "pobrecita" por haber nacido el 24 de diciembre, para nosotros es el mejor regalo y lección de vida que jamás pudimos imaginar! Ella Siempre estará acompañada en su cumpleaños por la gente más querida!
Gema