Johana y Rodrigo buscan por segunda ocasión a Ana para que los acompañe en el nacimiento de Bernardo. Dos años atrás habían tenido una experiencia muy linda en su parto rodeados de un equipo que respeta y empodera a la mujer. Así que todos nos preparamos muy emocionados, retomaron algunas clases y esperamos pacientemente la llegada de éste bebé.
Les compartimos la historia del nacimiento de Bernardo, que sus papás muy lindos nos hacen llegar para que vuele su historia a muchas mujeres y toque sus corazones.........
Ana y Patricia
No cabe duda que uno propone y Dios dispone y que sus planes siempre son perfectos.
En la espera de nuestro segundo hijo, habíamos decidido tener un parto igual de hermoso que el primero. Esto consideraba el mismo hospital, la posibilidad de nacer en agua y sobre todo el mismo equipo de grandes y maravillosas personas que hicieron del primer nacimiento una experiencia única, de esos acontecimientos que siempre tienes presente y te alimentan el alma.
Todo parecía apegarse al plan, incluso los abuelos cuidarían de Rodrigo y hasta habíamos previsto lo que se haría en caso de arrancarme en labor por la mañana, tarde o noche.
Como persona creo que debemos dejar que la vida nos sorprenda y vaya que fue así. A pesar de tener todo en orden y casi listo, el parto sucedió de la siguiente manera:
Estaba en la semana 38 + 1 día, un domingo 21 de Enero que sería muy activo ya que habíamos invitado a casa a celebrar los 2 años de nuestro pequeño que cumplía el lunes. Justo ese fin, habíamos terminado de recordar los temas de labor de parto con Ana y Paty para refrescar la memoria, a pesar de tener ya la propia experiencia, sin duda fue lo mejor que pudimos hacer.
La noche anterior empecé a sentir pequeñas contracciones que no di importancia y al despertar preparamos todo para la fiesta. Para medio día ya eran más intensas y fue cuando decidí empezar a hacer maletas. A la 1 de la tarde avisamos a José Luis, a Ana como doula, quien nos dijo que Paty nos acompañaría en esta ocasión pero ella estaría pendiente al teléfono y Penélope, como pediatra, que también estaría ya lista. Así a las 2 de la tarde, teniendo todo para la fiesta decidimos cancelarla.
Ya necesitaba “ mi espacio y tiempo” aunque de fondo tenía música infantil, las risas de mi hijo y a mi esposo dividiéndose para estar conmigo, jugando con Rodrigo en lo que llegaban sus abuelos por él y terminar la maleta.
Trabajaba las contracciones en el piso, de rodillas y apoyada sobre una pelota de pilates que de repente mi hijo me quitaba para jugar, oliendo un pañuelo con esencia de sándalo para manejar cada ola que llegaba.
A las 3 de la tarde empecé a sentir escalofríos y se me hizo muy raro creer que ya estaba en fase de transición, a lo que no di importancia ya que entre cada contracción podía hablar con mi esposo; lo que no podía era ya cambiar de posición.
A las 4 llegan por nuestro hijo, así que Rodrigo puede terminar la maleta y estar conmigo. 4:15 empiezo a sentir como baja mi bebé, una sensación distinta y única, entonces le mencioné que era tiempo de irnos. Cinco minutos después le digo que tengo ganas de ir al baño pero que ya no puedo pararme, le pido me quite el pantalón, me toco y lo siento; ¡ya está aquí!, dije. Sorprendido me contesta que ya nos vayamos. Acto seguido, yo de cuclillas rompo la fuente y sale su cabecita que tomo con una mano y siguiente contracción sale el cuerpo que recibo con la otra. Me quito la playera, me lo pego al pecho y me tiro al piso sorprendida de lo que acaba de suceder. Mi esposo también sorprendido y nervioso empieza a hacer llamadas a José Luis, Paty, Ana y Penélope quienes maravillados, igual que nosotros, le dieron indicaciones.
Así, a las 4:30 pm aproximadamente, decidió nacer Bernardo, a su manera de forma inesperada y única, en casa, solo con papá y mamá, un día antes del cumpleaños de su hermano, sin apegarse a nuestro plan; más bien, llevando a cabo el suyo.
Bernardo nos hizo tener un parto fortuito maravilloso con 4:30 hrs de labor, con el que me volví a enamorar del nacimiento.
La vida nos sorprendió y no cabe duda que los bebés son quienes deciden cómo, cuándo y de qué manera nacer mientras nosotros les demos la oportunidad de hacerlo preparándonos para el mejor proyecto de nuestra vida y teniendo un equipo que crea en la capacidad de la mujer para parir. La información sin duda empodera.
Gracias infinitas a todo el equipo por su apoyo . Ana y Paty, gracias de corazón.
¡Una experiencia inolvidable!
Johana, Rodrigo y Bernardo.