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Por Guadalupe Trueba

Un parto de pronóstico reservado, fluyó increíble gracias a la “reboceada” de Mercedes, la actitud de total colaboración de la mamá, el amor y entusiasmo del papá y un equipo fenomenal conformado por el genio del Dr. Ramon Celaya y de la Dra. Ana Laura Bello.

El Universo se confabuló para que lo que se pronosticaba como un parto muuuuy largo y difícil, se convirtiera en uno de esos ejemplos en los que la naturaleza decide contribuir.

Tras 15 horas de haber iniciado contracciones la realidad al llegar al hospital era que el cuello del útero tenía dos centímetros de dilatación, estaba posterior y el bebé estaba posterior también. Un escenario no era muy favorable que digamos; sabíamos que nos esperaba una noche y madrugada de trabajo sin la certeza de que ello fuera suficiente para que el bebé se acomodara para nacer. Pero con ayuda de los movimientos, masajes en el abdomen y manteadas, realizados por Mercedes, la siguiente exploración del doc Celaya una hora más tarde nos sorprendió gratamente a todos. Dilatación de cinco centímetros y sugerencia de romper membranas para saber cómo estaba el líquido amniótico. Nuevamente el Universo se confabuló porque a escasos instantes de introducir el amniotomo, se rompieron espontáneamente mostrando un líquido claro que todos celebramos. En la siguiente exploración se rechazó el labio anterior del cuello, el bebé iba girando y acomodando su cabecita para nacer. 

La mamá aceptaba toooodo y realizando cuanto se sugería hasta que logró empujar a su bebé para conocer este mundo. Con sus pujos en cuclillas logró acomodarlo en la posición adecuada para nacer. Aún no sabían si era niño o niña… 

Cuando la fatiga se hizo evidente durante el pujo le ofrecí un Gatorade para que tuviera mas energía y se lo bebió casi completo poco antes de que naciera la belleza de criatura. Los latidos de su corazón hasta poco antes de nacer eran más que confiables para seguir en el camino. Y el doc. Celaya -con la sabiduría que le distingue- guió un expulsivo perfecto para que no hubiera laceración alguna en sus genitales.

Bebé en perfecto estado de salud al nacer que fue colocado piel con piel con su mamá... un papá conmocionado que decía una y otra vez que no habían palabras para describir lo que estaba presenciando.

Tiempo total desde la llegada al hospital hasta el nacimiento cuatro horas!!! Algo que parecía imposible lograr.

¿Y cómo terminamos después de este hermoso y revelador nacimiento? Abrazándonos y festejando la vida. No hay forma de detener la felicidad de un nacimiento así... con o sin COVID 

El Universo es tan poderoso que todos los implicados en este parto, si bien cuidamos y nos cuidamos... sabemos de corazón y por intuición, que estaremos bien y saludables para seguir en el camino de promover el parto fisiológico que sorprende y además confirma que lo que es es y lo que no, pues no.

Yo no puedo dormir... es mucha la emoción y gratitud con la vida y la profesión que me ha elegido. La oxitocina es gruesa... se trasmite... se derrama para cada uno de quienes estuvimos presentes en el nacimiento de Lucas y atestiguamos la felicidad de Claudia y Rodrigo.